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Gracias por tu visita, los fics que se publican aquí son salidos de mi imaginación, con los personajes prestados de la gran Meyer… te agradecería que me avisaras si ves algún fic mío publicado por la web, eso se llama plagio y hay que combatirlo. Gracias!

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El valor de tu vida. Capitulo 3


Capitulo  3


Tuvo que fallarle a  Sam,  y  eso  le dejo un mal sabor  de boca,  tampoco  estuvo  muy  atenta  a las  ordenes despotricadas  de su madre o las  incesantes  bromas de sus hermanos. Su padre,  ese  día  no paso demasiado  tiempo en casa,  de haberlo hecho  le habría  defendido  e incluso   hubiese  levantado el injusto castigo  que su madre  implantara

—No  soy  una bebé—  gruño entre  dientes  y bajito. Atenta ni que su madre, ni sus  hermanos  le oyeran.

Parte de su castigo consistió  en ayudar  a la  limpieza  de verano que  su  familia  acostumbrara  a hacer al final del verano

—Y  lo harás  sola— le había sentenciado su madre  con  un profundo y tosco  ceño fruncido

Sus hermanos por su puesto  no  movieron  ni  un solo dedo, ni siquiera  estuvieron en la casa ese  día,  ni los  días  siguientes,  porque  para su   fortuna  el castigo que  en comienzo  pensó  seria corto, se  fue prolongado.

La  rabia por  aquella  injusticia, crecía  por la  falta de  contacto con Sam.  Dios,  ella  lo único que deseaba  era poder  verle,  poder besarle  y  asegurarle  que  estaba  bien que no estaba  asustada  y que deseaba  continuar    con  su relación.

 Sonrió para sí,  a pesar  de  estar  sudando  como mula  y  tener el rostro lleno de polvo

—Mis  hermanos  podrían  colaborar— grazno a la  hora del  almuerzo  el  sábado— yo sola  no  puedo hacerlo— protesto— quiero  una  vida,  tener  amigos, poder disfrutar del verano— chillo  irritada

La  severa expresión en el rostro de su madre  le  impidió continuar  con sus protestas. Dibujo una  sonrisa  triste y  continuo comiendo, mientras en su mente  pensaba en lo que aun le  faltaba por ordenar, al paso que iba  demoraría lo que restaba de verano.  Se levanto dejando  el plato, ignoro   los gritos de su madre o  las  malvadas  palabras de sus   hermanos.

—Leah—  no  oyó la puerta chirriar, menos los pasos de su madre.  Escondió  su  rostro en la  almohada—es por tu bien—  dijo con total seguridad  su madre— te  brinde  mi confianza y   no supiste  valorarle—

Ella no podía dejar de pensar que su madre exageraba  las cosas que  podría pasar por  llegar  a casa  tarde o por tratar de ser  algo  más normal, como  el resto de niñas que iban con  ella  a  clases

—Termina  tu tarea y  el castigo  se acaba— término por fin su madre  tras el largo y molesto  silencio que  ella le  infligió

Y así lo hizo,  a última hora de la  tarde  termino con la  tarea asignada por su “tirana” madre,  una semana de castigo, una larga semana  pensando en Sam y  en  verle  de nuevo.

El lunes  a la primera  oportunidad  corrió fuera de su casa, corrió  directo a la  casa donde sabia  él se quedaba,  no le importo que algunas personas con las que se encontrara  le vieran  raro o que el aliento le faltara.  Al llegar  a donde  Sam, jadeaba y  veía  todo con pequeñas manchas negruzcas, trato de recuperar el  aliento. Una  vez  respiro normal, cerro el puño, levanto la mano y  golpeo  con fuerza,  espero  con ansias  a  un movimiento dentro de la casa pero nada sucedió.  Volvió a golpear con mas  y mas  fuerza, él no  estaba y  no sabía  donde  hallarlo,  un manto de decepción  recorrió  su cuerpo. Inminentemente sus ojos  se llenaron de lagrimas, sacudió la cabeza con frustración todo  era culpa de su  madre,  ella  era la causante de  no poder  ver a  Sam,  así como  si infelicidad porque  ella  no  quería ver  felices  a sus  hijos, no, ella  siempre  parecía resentida con el mundo y se encargaba de  decirlo a todo  pulmón  a cada  momento  que podía.

El  resto del día la paso más enfurruñada que gato escaldado. Evito   a  toda  su familia hasta donde  pudo.
Así los días del  verano fueron pasando uno a uno, llenos de monotonía,  aburrimiento,  fastidio, oyendo a su madre  criticando el mundo y sus tendencias, como la liberación femenina en lugar de ayudar a las  mujeres  les perjudicaba y  como los padres parecían carecer de  poder sobre los hijos.  Ella  ya no ocultaba el disgusto contra su madre y  sus palabras moralistas y lo dejo claro, muy a su pesar

—Y lo dices tú— soltó  sin pensar— la misma mujer que se  caso  dos veces y  lo hizo porque se embarazo de…— la  frase  nunca  se  dio por terminada, la  fuerte  bofetada  que su madre le diera  lo hizo.

Atónita   llevo una de sus manos a la  mejilla  abofeteada, mordió su lengua para  no  decir cosas de las que pudiera arrepentirse pero ello no impidió que le mirara como si fuera su enemiga, corrió a  la sala donde  su padre  veía  televisión y  como la  niña mimada que era,  no demoro el padre  en  cargarla  en su  regazo y consolarle

—Mamá  te quiere— repetía  una  y  otra vez  su  adorable padre—  tú has  sido algo imprudente—

—¡No!—chillo  ella desconsolada— solo decía la verdad, si ella no lo soporta  pues de malas—

 ¿Y  quién  puede  contradecir  a un adolescente? nadie. Estando en una  etapa de cambio  ellos   se creen  sabedores de la verdad absoluta,  dueños de  un pedacito del  mundo pero sobre todo   siempre   han de ser los ganadores

—No le  quiero— declaro solemne— quiero irme  a con la Tía  Tay—

—Bomboncito, eso no se va a poder ella aun esta  fuera de la cuidad.  Todo estará  bien, cariño— asegura 

Levanto su  rostro húmedo y observo a su padre,  los  rasgos marcados  por el tiempo le hacen parecer  un héroe, mi  héroe,  sus ojos  brillantes y  su cabello con uno  o dos  hilos  blancuzco, esbozo una sonrisa débil y  asintió. Tampoco podía ser  tan malo pasar  tres semanas en casa.

No  fue tan malo, pero cada  día  parecía más largo y aburrido que el anterior  y el anterior,  sus hermanos  poco o  nada  le prestaban atención,  ir con su padre a todas sus  reuniones,  estar con su madre  simplemente era hostigante, así que  las  tres semanas que  restaron  se basaron en  dormir   hasta las  diez,  desayunar ver  televisión,  almorzar, ducharse y   plantarse frente   a la  televisión hasta la  hora de la cena y  luego  a dormir, salvo que su madre  ordenara colaborar  en  algún quehacer sus  días  no variaban. Los  domingos quizás  eran la excepción a la regla porque   su madre les hacia madrugar  y  vestirse elegantemente— ellas con vestidos  poco agraciados  y ellos con  traje y  corbata— para ir  durante  casi toda la mañana a  la eucaristía, a Leah  no le  causaba emoción, ni  gracia estarse  sentada  por  una  hora  en la  dura madera,  menos  aun le  agraciaba  pasar el resto de la mañana con  una panda de niños en la  escuelita  católica, máxime  cuando   la monja  que les  supervisaba le   llamaba la atención  con continuidad

—El mundo se  creó… bla, bla, bla,  bla—gesticulaba con desagrado mientras  la  monja  repetía  incesante  las palabras de la sagrada  escritura—¡Leah!— gritaba  cuando  se daba  cuenta de su  burla

— Todos  somos  libres de escoger nuestra religión— respondió  a modo de defensa— yo  aun no  escojo mi  religión— sonreía con dulzura a la mujer que e  fulminará con la mirada— y  no me interesa  la repetidera de la repetición,  vengo  aquí por orden de mi madre,  no porque  quiera— declaraba  sin  parpadear, y  nadie podía culpar a la  pre-adolescente  quien   con cada  cambio físico y mental   se preguntaba  si podía  cambiar, por lo menos tenía claro que  no le importaría  desobedecer a su mamá e  incluso contrariar  a las  gemelas  o  al molesto de Seth.

Al  cabo de las tres semana, se hallaba  jubilosa   y rebosante,  volvía  a casa de Tia  Taysha,  esta  vez  a diferencia de la primera  vez que  le enviara  allí,  sonreía  y no permitió que nadie le   ayudara  con su  valija, hasta se permitió  deshacer  la  trenza que  su madre tejiera  e  incluso se deshizo de los listones  rosas con la que le atare.

—¿Leah,  y tu peinado?— pregunto  con severidad  su madre

Encogiendo los hombros y  actuando  con desinterés  procedió a informarle— no  soy  una  niñita para ir peinada  de esa manera— solo para  reforzar su punto  se paso los dedos  por el  largo y sedoso cabello  negro— quizás  también deba  cortármelo un poco—

—¿Cómo?— pregunto su madre  sorprendida

—Hay que cambiar y  he de dejar  de ser tan  niñata, mamá, todas  mis compañeras de clase  me ven como una  chiquilla por tu culpa— hablo  alto y  claro— no quiero  ser  la anormal, quiero tener  amigas  y amigos— le  aviso,  no se molesto en mirar  su  rostro  constreñido  y  rojo.  Tiro de la  valija hasta el auto que les  llevaría de regreso a  Portland  y  a Sam.  Todo el camino  el paso sonriendo y contando los segundos y minutos para verle.

Al  llegar a Portland  ya  cai la  tarde,  sus  hermanas le miraban como  bicho  raro, Seth  susurraba   regaños por el trato que tuvo para con su madre, pero ni  eso le  quitaba la emoción de  volver a verlo sin  tener que esconderse o ser  castigada.

Prácticamente  corrió  hasta el portal de la casa donde  Taysha  esperaba  con una  enorme  sonrisa, sin pensarlo  salto a  los brazos de la mujer

—Te  extrañe,  tia— le aseguro  vehementemente

—Niña,  y nosotros a   ustedes— aseguro  la  mujer— ve  a  deshacer  ese  equipaje y baja  por  comida, mientras   saludare a  tus  hermanas—

 Obedeció  sin pesarlo, corrió a la  habitación que compartiera con sus  hermanas.  Se  apresuro a sacar  sus pertenecías y  ordenarles  prolijamente  en  su  parte del  armario. Cuando  sus hermanas apareció ella  ya  casi   terminaba

—Mírala  se comporta persona ¿Qué dirá mamá si se enterara que  la cambio  por   Taysha?— pregunto  con málica Becc

—Te diría que te metas en tus asuntos y  quizás  no le interese  saber que  Tía  Tay  es una buena mujer—

 Las gemelas  resoplaron con desagrado, pero decidió no prestarles  mucha  atención.  Termino  silenciosa de ordenar  sus pertenencias, luego se dirigió a la cocina donde  sabia encontraría  Taysha.  Fiel a la  rutina la mujer  estaba  frente  a la cocina  terminado de preparar la cena,  un  asado y verduras,  como la  niña perfecta  decidió  quedarse  a hacerle  compañía y  de paso  sonsacarle  información sobre Sam,   ya que desde que llego no le  había visto

—¿Así que  estuviste en Seattle todo el verano?—

—Puedes creerlo, había prometido ir a la playa  con mis  chicos  pero no pude, claro ellos sí  estuvieron en la playa—

— ¿de verdad?¿a  cuál playa  fueron?—

—Sam,  estuvo dos semanas  en la  reserva ¿no se encontraron?—

Negó con la cabeza— estuve castigada  una semana— informo  sin  ahondar  sobre el tema

—Una lástima cariño. Luego de esas semanas  Sam se  unió a su hermano y  fueron  directo a  california— la mujer  rió— no puedo creer  que estuvieran solos, solo espero que no hayan  roto muchos corazones,  de seguro dejaron una  que  otra novia  por el camino— y la sola  idea de Sam con otra  le provoco   una sensación de malestar

—¿É…él….  tiene  novia?— pregunto sintiendo un nudo en la garganta y las lagrimas golpear  sus  ojos

—No lo sé,  ellos nunca  me cuentan esas cosas, he de suponer que si— Mordió  con fuerza  el carillo,  un  estrangulado y nasal  “hmmm” —Ahora cuéntame  cómo estuvo tu verano— 

No tardo mucho en ponerla  al día con su  maravilloso verano,  claro está  omito  aquella tarde con Sam, solo de recordarlo y a pesar de  lo dicho  por tía  Taysha,  se  sonrojo. Ayudo a poner  a la mesa, mientras su tía  servía y llamaba  a  todos a cenar, hasta  el momento ella pensaba que Sam  no estaba.

Sonrió tímidamente cuando él  se  sentó  frente  a ella y  le saludara con un seco y silencioso movimiento de cabeza,  se decepciono un poco,  durante la cena  su mirada le busca, él  parecía no verla  pues  o estaba  centrado  en su plato o estaba charlando  entretenido  con los demás comensales o tratándola de  ignorarla, porque eso era lo que hacía  ignorándola,  no  intervino en la conversación   solo para asegurarse de que  él no la viera como una  inmadura niñita, no,  ella  era  una persona madura  y sensata.

Con una mueca  parecida a una sonrisa ayudo a  levantar la mesa y  procedió a tomar el turno para lavarla.  Mientras lavaba  se permitió dejar salir una  o dos lagrimitas de frustración.

—Una  boba,  eso es lo que  soy— sollozo, mientras terminaba de secar  los plato y  sorbió  la nariz—  yo no soy nada para él— admitió con pesar.  Limpio con rudeza  las lágrimas de su  rostro y  continúo  con su tarea

— ¿Por qué  no  fuiste?— no  hacía falta  darse  vuelta para  saber a quién pertenecía esa voz— estuve esperando como  un idiota toda la tarde y  tu no apareciste— reclamo  él

—Me  castigaron— se limito a  decir

—Por eso no me gusta  salir  con  niñitas.  Como decía mi abuelo, quien con niños se  acuesta mojado amanece—

—¡No  soy  una  niñita!—chillo  indignada pero sin llegar  a levantar la voz, temerosa que alguien les  oyera— yo… yo…  estuve  castigada por tu  culpa—

—¿Por mi  culpa? Esa  tarde estábamos los dos,  no  es mi culpa  que tu mami  no te deje   salir— se mofo  él

Ante eso  ella no pudo discutir, si su madre era  quien manda  de puertas para dentro y   eso nadie  lo  cambiaria

—¿Se te acabaron  las palabras?— cuestiono  burlón Sam.  Se limito a  asentir— es mejor dejar las cosas así— afirmo— no quiero que tu madre y mi madre  se  disgusten por tu culpa—

— ¿Mi  culpa?— susurro pareciendo una   niña especial

—Nuestra  culpa— corrigió  él—esto no merece  la pena— Eso  le dolió más que  pensar en él con otra  mujer. Cuando la mano grande  y áspera de Sam  toco su cara  se  sobresalto— No entiendes, Le, pero  si mi madre se entera de lo nuestro— por ella todo el mundo podía  enterarse, claro antes  le gustaría saber que era  lo de ellos— me mata, y  tu madre,  todos  sabemos  lo severa que es,  yo,  simplemente  creo  que  no podemos arriesgarnos—

—¿Qué arriesgaste?— pregunto envalentonada— aquí la  única que  se ha arriesgado  soy yo, me  he rebelado contra todo lo que conozco pero ya entendí, no  soy más que una  niñita para  ti—

—No,  Le, para mi eres una mujer, una mujer hecha en mis brazos— susurro  ronco  en su oído—no  olvides  esa  tarde— un suspiro  soñador  broto de su garganta, claro que  recordaba esa  tarde,  como olvidarla

Se atrevió a mirarlo al rostro  solo para verse atrapada  por esos ojos  negros  como la noche,  antes que  sus labios  se  apoderaran de los  de ella. El calor de sus  besos le  hizo olvidar de las palabras  y dichas previamente.

—Ya  veremos  cómo  llevamos  lo nuestro— susurro él  contra  sus labios,  para luego volver a apoderarse de ellos y besarle con   fuerza




Siento la demora   mis  adoradas  niñas,  espero que sea de su agrado este capítulo es más  transición que  otra cosa.  Gracias por  su paciencia, un abrazo.
 P.S1: Espero que las niñas  de Chile se encuentren  bien, en especial a las del  sur.
P.S: Lu   te amo.

Ada


13 comentarios:

Laura dijo... [Responder]

Hay pobre Leah la castigaron todo el verano y no pudo ver ni un dia a Sam,ahora q lo vuelve a ver él le dice esas cosas uy q hombre no se xq pero el a mi paraser solo la esta usando espero estar equivocada pero esa es la imagen q el me da,ahora veremos q pasa cuando vuelvan a las clases y me gustaria a Leah fuera mas fuerte y no se dejara de nadie,Ada muy bueno el capitulo saludos!

paty dijo... [Responder]

Hola este capi me hizo recordar mi epoca de adolescente cuando creia que sabia mas de la vida que mi mamá y dejame decirte que mas de una vez estuve muy equivocada espero que a leah le vaya mejor aunque siento que sam solo esta jugando con ella espero que ella no llegue a meter la pata y trate de arreglar las cosas con su mamá en espera del siguiente capi
saludos y abrazos desde México

PaTy_sev dijo... [Responder]

pobre leah, primero la bruja de su madre y despues el desprecio de sam, aun asi creo q todo por lo que esta pasando le esta sirviendo para forjar su personalidad y al final será sam el que la siga como un perrito.Besos xicassssss

Anónimo dijo... [Responder]

Hola Ada.

Una historia muy de hoy, muy real.
Ya sabía yo que Sam no era de fiar, no me gusta, no me parece que la quiera de verdad, no se esa manera de tratarla. Espero que se arrepienta de ello. Leah no se lo merece.
La madre es muy dura pero ¿no tendrá razón en ser asi? Aunque eso no hace que Leah me de pena.

Un beso, muy buena historia la primera que leo con otros personajes distintos a Bella y Edward, creo que ya te lo he dicho.

Sigo leyendo a ver como sigue eso

Ada Parthenopaeus dijo... [Responder]

@PaTy_sev cariño todas de adolescentes vemos a nuestra madre como un ogro y una bruja, aveces no sabemos lo que en verdad hacen esas valerosas mujeres, ya luego verás

Bell.mary dijo... [Responder]

Hola Adita me gusto el capitulo no importa que sea de transicion, pobre Leah despues de estar castigada piensa que va a regresar y Sam la va a recibir bien y nada sale como todo un patan, no se porque pero sigue sin agradarme este Sam presiento que no traera nada bueno a Leah,,,,,,, y pienso igual que tu Ada de adolescentes creemos que los que nos dice nuestra madre es para hacernos sufrir porque nos odian y no quieren vernos felices pero la verdad es que tanto nos aman que solo quieren nuestro bien aunque en ese momento no lo comprendamos, yo hasta hoy que soy madre puedo entenderla y valorar todo lo que hizo por mi ........
Besos Adita y gracias por el capitulo

DreamsHunter dijo... [Responder]

Sam en si es una contradicción ¬¬

nydia dijo... [Responder]

Pobre Leah tremendo castigo que le dieron ,aunque no me gusta mucho la actitud de Sam ....Gracias nena....Besos...

Anónimo dijo... [Responder]

cunado pones mas de una vida de oportunidades plis ya ase falta

usagui dijo... [Responder]

Hola Ada gracias o el capi besos

Anónimo dijo... [Responder]

ada eres una genia cada vez q leo tu historiaa me enreda y atrapa massss pobre leah...ojala le salga biennn tras este cretino de sam bss linda cuidate y sigue asii bss TERESA

Lumy Cullen dijo... [Responder]

Adita el capí estuvo fabuloso. Me encantó que Leah dialogara con Sam y las cosas se arreglaran. De verdad ellos necesitaban dialogar. Por otro lado, me sorprendio que ella se revelará contra su madre, pero esta la trataba como una niña y no le permitia ni tener amigos. De verdad que le historia este excelente. Ansiosisima por el próximo, Saludos!!! Feliz Martes!!

Leticia dijo... [Responder]

Ada, vaya, que decirte, es un capi de cambios, pero tambien como que no me gusto la actitud de Sam y mucho menos la de la mamá de Leah, pero ya se ve que esa es un vieja hincha.
Besitos y nos leemos despues.